Odio los eufemismos, según la RAE son una manifestación suave o decorosa de ideas cuya recta y franca expresión sería dura o malsonante y por eso me disgustan porque son una manera de ocultar la realidad. Así que, cuando un día pasé frente a la “perrera” de la Fortuna y leí “Centro de Protección Animal” no supe si reír o llorar.
No entiendo por qué en el Ayuntamiento de Madrid lo denominan así; para mí mezclar animales en jaulas en condiciones lamentables para que se infecten unos a otros no es sinónimo de protección, tampoco lo es que allí, no se esterilice, ni se hagan pruebas veterinarias a estos animales ni que al final de este triste peregrinar si nadie los saca del “Centro de Protección Animal” sean exterminados.
¡Qué poca humanidad por parte de los trabajadores de éste y tantos otros “Centros de Protección Animal”! Se comportan como funcionarios que archivan papeles sin criterio en unas carpetas de colores, desvinculándose de las vidas que tienen en sus manos. Me imagino que culpan a sus jefes como muchos otros trabajadores, mientras miran a otro lado. Es una lástima que en Madrid, Gallardón y Aguirre rivalicen en todo, excepto en civismo, respeto y protección a los animales.
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